El acné es uno de los caballos de batalla en nuestra piel, femenina y masculina. La aparición de los odiados granos puede combatirse cada vez con más y mejores tratamientos, lo que hace albergar cierta esperanza entre todos aquellos que sufren este problema.
Se trata del IPL o también conocido como tratamiento de luz pulsada intensa. Uno de los más efectivos, seguros y al alcance de nuestros bolsillos.
Para eliminar el Propinobacterium Acnes, bacteria que causa el acné que aparece cuando el folículo piloso se atasca debido a un exceso de sebo se utiliza un pulso de luz con una longitud de onda de 400nm que actúa sobre la epidermis y más concretamente sobre los vasos sanguíneos que alimentan a las glándulas sebáceas, consiguiendo que éstas produzcan menos sebo, y al mismo tiempo se elimine la bacteria que se ha formado por la infección sin daño alguno para nuestra piel. Y sin daño en nuestro organismo, ya que no se ingiere medicamentos.
Además se cuenta con la ventaja de que ayuda a evitar las manchas de la piel, por lo que también se tiene resultados en cuanto a disminuir las posibles marcas que el acné pudiera haber dejado en nuestro.
El número de sesiones dependerá de cada caso, pero se estima que entre cinco y ocho sesiones de entre 20 y 30 minutos. Lo que sí hay que tener claro que antes de decidirse por uno u otro tratamiento hay que ponerse en manos de un especialista y de un centro que cumpla con todos los requisitos para llevar a cabo el tratamiento.
Además, un buen asesoramiento nos ayudará a dar con el tratamiento más efectivo para cada caso, ya que incluso dependiendo del tipo de acné pueden combinarse con otros tratamientos para hacerlos aún más efectivos, como el ácido glicólico y salicílico.
Está completamente contraindicado para aquellos que se encuentran llevando a cabo cualquier tratamiento desecante, para embarazadas y deberás esperar al menos 30 días desde la última vez que tomaste el sol.
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