30 %). Para defenderse de estas agresiones externas, las glándulas sebáceas secretan aceites naturales. Pero no siempre son suficientes y la piel se vuelve más seca y opaca.
Además, no todas las personas tienen la misma capacidad de producir aceite natural. Esto está relacionado con factores genéticos, hormonales y hábitos de limpieza. Cuando disminuye la actividad hormonal, también hay menos capacidad de producción de agua. Asimismo, la exposición al sol hace que la piel se afine y pierda humedad.
Lo cierto es que más allá del tipo de piel y la edad, la clave para que se vea saludable es la buena hidratación. Realizarla fortificará las células y restaurará la elasticidad del tejido para que recobre su buen aspecto. ¿Cómo elegir el mejor hidratante? Lo primero es tener en cuenta el tipo de piel y la edad.
PIEL GRASA
Es conveniente usar texturas ligeras o geles fáciles de absorber para no obstruir los poros.
PIEL SECA
Hay que optar por emulsiones oleosas que la aíslen del viento y la ayuden a retener la hidratación natural. Además, es importante buscar cremas que contengan activos que ayuden a promover la reproducción celular, como oligosacáridos y péptidos.
MANCHAS
El invierno es la estación ideal para emparejar la piel y eliminar manchas o imperfecciones. Se logra con hidratantes que contengan ácidos como retinol, glicólico y láctico, más vitamina C, que ayudan a desechar las células muertas y emparejar la piel.
La exposición al frío y la falta de hidratación contribuyen al deterioro del colágeno y eso lleva a una mayor cantidad de líneas finas, sensación de tirantez, piel inflamada y sequedad. Algunos consejos sobre cómo evitar la deshidratación.
• Tomar duchas rápidas con agua no muy caliente. Los baños de inmersión deben ser a temperatura templada, de unos 10 minutos, para que la piel absorba la mayor cantidad de agua posible.
• Usar jabón a base de glicerina o geles con hierbas humectantes.
• Aplicar crema exfoliante dos veces a la semana para eliminar las células muertas y estimular la producción de aceites naturales.
• Luego del baño, con la piel aún húmeda, aplicar hidratante para sellar la humedad que acaba de absorber.
• Secar con toalla sin frotar.
• Es importante mantener la cara humectada y aplicar productos con mayor frecuencia que durante el verano. Aún en invierno, las cremas deben tener protección solar superior a 15. No olvidarse de mantener los labios protegidos, para evitar su resquebrajamiento.
• Tener una adecuada humedad en la casa con macetas, recipientes con agua y humificadores de ambientes.
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