Según la dermatóloga, Romina Rojas M., la piel de esta zona es muy especial ya que posee gran cantidad de glándulas sudoríparas y también contiene una abundante flora bacteriana. Esta combinación hace que esta zona sea muy propensa a las infecciones y por lo tanto requiere de un cuidado diferente a las otras partes del cuerpo.
Necesita hidratación. Por lo general no encremamos la zona de las axilas, para evitar engrasarlas y dejarla más propensas a la transpiración. Pero recordá que esta zona necesita ser humectada, tal y como el resto de nuestra piel. Elegí desodorantes en crema que cumplan este objetivo, pero ¡cuidado! fíjate siempre que sean "desodorantes" y no "antitranspirantes", ya que estos últimos tapan los poros por los que se produce la transpiración, impidiendo así la eliminación de toxinas, lo que podría a la larga causarte serias complicaciones, según se indica en la web fashionista.com.
Exfoliar es clave. Además esta zona del cuerpo necesita exfoliación con un producto suave, como tu exfoliante facial, una o dos veces a la semana, esto eliminará las células muertas que se acumulan y contribuyen a su oscurecimiento. Un buen truco casero resulta de la mezcla de 1 cucharada de miel, zumo de limón, azúcar y avena hasta conseguir una crema pastosa, luego se aplica de forma circular y sin frotar sobre las axilas, enjuagar con abundante agua.
Otros consejos. Después de bañarte, seca muy bien tus axilas, así evitas que esta zona se humedezca y además el desodorante actuará de forma más eficaz. Tampoco tomes sol en esta zona. Protege tus axilas con filtro solar tal como proteges el resto de la piel de tu cuerpo. Esto, debido a que la piel de las axilas tienden a oscurecerse y mancharse de forma permanente.
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