Sumerja sus dedos en vinagre de manzana durante unos minutos antes de pintarse las uñas. Retírelas y deje que se sequen naturalmente. Este truco hace que el esmalte que se aplica luego quede adherido a las uñas propiamente dichas y no a los aceites naturales de su superficie. Aplique una capa de fortalecedor de uñas para mantenerlas sanas, fuertes y que no se le quiebren. Cuando aplique el esmalte hágalo en capas finas y no gruesas: esto permite una mejor adhesión del producto a las uñas. Cuando nos pintamos en capas gruesas y cargadas, la pintura -tarde o temprano, dependiendo de la calidad del esmalte- se "despega". Antes de aplicar la segunda capa, espere que la primera se haya secado. Cuando termine de pintarse, sumerja sus manos en agua fría durante unos minutos./
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