Entre los principales beneficios del cepillado de la piel tenemos que nos ayuda a desintoxicar su capa superficial, pues elimina las células muertas y estimula la circulación para provocar la regeneración. Así que solo necesitas tener a mano un cepillo con cerdas suaves (puedes empezar con un cepillo para bebés y luego cambiarlo por otro con cerdas más fuertes) y unos cuantos minutos para integrar esta técnica a tu rutina habitual de belleza.
Lo más recomendable es comenzar con las cerdas más suaves y con el pasar del tiempo ir utilizando cepillos con cerdas más fuertes, aunque siempre de cerdas naturales. Una esponja vegetal también te puede servir para este propósito. Lo ideal es antes de bañarte.
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