Los uñeros. El uñero es una infección que afecta al pliegue cutáneo que rodea la uña del niño. En la fase más aguda, se manifiesta con hinchazón y enrojecimiento de la piel, que está caliente al tacto y en la que, a menudo, aparecen pequeñas ampollas. Si se oprime la zona, se advierte un dolor intenso en la base y a los lados de la uña, y puede llegar a salir pus. La especialista indica que este problema es ocasionado por un mal corte de uña (redondeado y corto, en vez de recto), y en pocas veces por la forma de cuchara de las uñas que tienen de nacimiento. Además, recalcó que cuando el niño ya camina y está fuera de casa, peor en un suelo áspero, debe usar zapatos cómodos para proteger la piel delicada del niño de las infecciones.
Hongos y verrugas. El problema de las hongos generalmente surge por contagio en la piscina, cuando juegan en la tierra o en el barro. "A veces ocurre también que los niños usan las mismas chinelas que sus hermanos, y es ahí que se da el contagio, otro aspecto importante es la higiene, el de mantener limpio y seco el pie", acotó. En cuanto a las verrugas explicó que surgen de alguna herida o raspadura, y al estar en contacto con alguien que ya la tiene.
Antes y después de caminar. Por otra parte, anotó que es muy común ver a las madres colocándole zapato a los niños antes que caminen. "Solo se debe optar por colocarle zapatillas de tela para protegerle el pie, porque los pies están en crecimiento son muy flexibles, entonces pueden torcerse o deformarse sin que uno se de cuenta", aseveró. Cuando aprenden a caminar, el mejor ejercicio para sus pies es precisamente caminar. Por otra parte, después de los 3 años, habrá que observar si el niño cae, tropieza, tiene dolores, o ver como gasta la base del zapato para valorar algún defecto.
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