Ya no más hongos

El verano anticipado ha sorprendido a todos y Santa Cruz ebulle con las altas temperaturas. Generalmente la población acostumbra a meterse en las piscinas, o ir a balnearios. Por esta razón, aquí les damos algunos consejos para evitar adquirir hongos y enfermedades en tales lugares.

¿Hongos? Qué son. Son microrganismos que necesitan parasitar en otro ser vivo para subsistir y, dentro de ellos, que son muy numerosos, existen unos cuantos que pueden producir infecciones en las personas de cualquier edad. Así, por ejemplo, los dermatofitos, que provocan las tiñas, o las levaduras, como el muguet, que producen la candidiasis. Todos estos se hallan en muchos lugares y su contagio se produce por contacto directo con un elemento contaminado, en estos casos las piscinas y los baños de balnearios. En este sentido es fundamental mantener una correcta higiene del cuerpo y procurar evitar la humedad.

Ante todo, prevención. Lo más razonable para apuntar es que si ya de por sí, tiene hongos, no vaya a la piscina, podría contagiar fácilmente a los demás, por eso hay que tener cuidado, ya que incluso puede contagiarse con el pie de atleta, uno de los hongos más molestos. "Además si es que alguien tiene problemas de hongos debe tratarse y más aún en las familias donde se comparte duchas, etc", señala la dermatóloga Sonia Sempértegui, consultada para esta nota.

Si tiene piscina en casa. Cuando el hongo penetra el revestimiento de una piscina, forma manchas antiestéticas, sombras grises inmunes a honguicidas típicos. Para luchar en su contra lo mejores ir directamente a la fuente del problema - el suelo que rodea la piscina - rociando una solución de cloro doméstico y sulfato.

Usa siempre chinelas. Las chanclas o zapatillas de goma son un aliado perfecto a la hora de evitar que los hongos afecten. Siempre se los debe llevar puestos sobre todo en las zonas húmedas expuestas al sol, pues es el lugar idóneo para la cría de hongos. Tanto a la hora de acercarnos a la piscina, como al andar sobre la hierba, así como en los vestuarios y las duchas de la piscina.

Secarse bien, y bañarse antes y después. La humedad no hace más que favorecer la aparición de hongos y papilomas. Por ello, es fundamental que se seque bien los pies después de bañarse o de hacer ejercicio, ya que probablemente tenga las plantas de los pies sudadas. Usar jabones antimicóticos, bañarse antes y después de entrar a las piscinas. No olvidar usar toallas personales, es primordial no compartir estos elementos.