El aburrimiento está dotado de muchas virtudes. "En primer lugar, aburrirse abre el camino hacia uno mismo, hacia los verdaderos deseos", afirma Chabrillac. Ocupados en realizar un sinfín de tareas, absorbidos por tantas demandas externas, hemos perdido ese vínculo preciado con nuestro interior. Este rato "fuera del tiempo" podría convertirse en una auténtica cita con nosotros mismos.
¿Beneficios inmediatos? El aburrimiento obliga a escapar, a poner coto a los mandatos que nos hemos impuesto y que nos agotan./
No hay comentarios:
Publicar un comentario