1 Embarazo
El yoga prenatal es una de las opciones más populares y con mayor crecimiento entre mujeres de todo el mundo. Es lógico, los beneficios son inmensos: reduce las incomodidades propias del momento, minimiza las complicaciones del parto, enseña a las mamás a respirar y a moverse en el parto, y es una manera de conectar con el bebé desde los primeros meses de embarazo. Además fortalece el cuerpo, potencia la resistencia y relaja el sistema nervioso. Otra posibilidad: hacer yoga con tu bebé.
2 Infertilidad
¿Qué pasa cuando una quisiera asistir a esa clase de yoga para embarazadas pero el momento nunca llega? Esto es motivo de enormes conflictos y presiones. Un estrés que, a su vez, altera el equilibrio natural de las hormonas. El yoga es una herramienta eficaz para la infertilidad, para romper este círculo vicioso en el que cada vez más mujeres se sumergen durante meses o incluso años.
3 SPM
La disciplina es útil para aliviar el síndrome premenstrual, que suele relacionarse a los nervios. A nivel físico, relaja el sistema nervioso, equilibra el sistema endocrino e incrementa el flujo de sangre y oxígeno a los órganos reproductivos. A nivel psicológico, promueve la relajación, de forma que el hipotálamo puede regular las hormonas de forma más eficiente. Da permiso a la mujer que en esos momentos se encuentra más agitada y vulnerable para ir hacia adentro, escuchar el cuerpo y responder a los estímulos con mayor tranquilidad.
4 Menopausia
La energía y el equilibrio que proporciona el yoga son beneficiosos durante la menopausia o la transición a la menopausia, porque los niveles hormonales y la química del cuerpo de las mujeres en estas edades suele fluctuar rápidamente, dejando a las mujeres en situaciones de desequilibrio. El yoga contribuye a nivelar esta inestabilidad y resulta clave para lidiar con la osteoporosis.
CIFRAS
8 de 10 mujeres practican yoga en EEUU, según la revista de referencia Yoga Journal.
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