El reflexólogo debe aplicar suaves presiones con las yemas de los dedos de las manos sobre el pie de la persona y para ello puede utilizar aceites naturales. La planta del pie está dividida en un número de zonas reflejas en el que cada uno corresponde a alguna parte del cuerpo. Esto facilita la obtención de energía vital y las presiones ayudan a estimular el sistema inmunológico de la persona. “Los puntos congestionados pueden ser ubicados por un especialista según el endurecimiento de la piel o la aparición de algunos nudos internos (bolitas) e incluso la cristalización (granitos) que aparece en un lugar determinado de la planta del pie”, explica.
Existen corrientes energéticas que pasan a través de los órganos importantes del cuerpo y son reflejadas en estos puntos claves. Un nudo en la planta del pie podría significar un problema de riñones, hígado, colon, dolores de columna, contracturas, estrés, etc.
De forma paralela, el paciente podrá visitar un médico especialista en medicina convencional para que le aplique el tratamiento correspondiente. “Como esta práctica es una alternativa complementaria y no sustituye ningún tratamiento médico, el paciente tiene la libertad de seguir de forma paralela ambos recursos para mejorar su salud”, agrega Romero.
Pueden someterse a esta terapia todas las personas, incluyendo niños, pues no hay contraindicaciones.
Lo aconsejable es iniciar la terapia con ocho sesiones seguidas, cada una de una hora. Luego el paciente puede visitar al reflexólogo cada 15 días y, posteriormente, una vez al mes.
No es necesario que el paciente se recueste para la aplicación, puede permanecer sentado mientras el especialista explora el mapa de sus pies, empezando por los talones.
RefuerzoEl proceso debe acompañar con una dieta personalizada, en la que se sugiere los alimentos más adecuados para fortalecer los planos energéticos.
Enfermedad Para la medicina oriental, la enfermedad es una desarmonización de los sistemas energéticos, por lo que se debe reestablecer el flujo y equilibrio.
PresiónEs bueno que el masajista se familiarice con cada pie antes del masaje, tomándolo entre las manos y manipulándolo por un rato. Luego se debe presionar con las yemas como si se estrujara azúcar.
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