• La exposición solar, ya que provoca un envejecimiento prematuro de la piel.
• El tabaco, genera radicales libres, pudiendo tener efectos negativos en la piel como, por ejemplo, una reducción del grosor de la epidermis o la deshidratación. Los radicales libres son agentes oxidantes que dañan la piel y pueden provocar un envejecimiento prematuro.
• El estrés, tanto el ocasional como el que se genera fruto de un ritmo de vida frenética, es también un agente oxidante que tiene efectos negativos en nuestro cutis, pudiendo acelerar el envejecimiento de nuestra piel.
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