Propiedades del agua
El agua compone cerca del 60 por ciento de nuestro cuerpo, posee propiedades físicas y químicas benéficas para el organismo y además es el medio ideal para el transporte de sustancias, es por ello indispensable en los procesos de digestión, absorción, distribución de nutrientes, transporte y desecho de elementos tóxicos.
Bebiendo las cantidades recomendables de agua el hígado, los riñones, el sistema digestivo e inmunológico cumplen muy bien con sus funciones, se lubrican las articulaciones y mejoran la resistencia de los ligamentos.
El organismo funciona adecuadamente gracias a la cantidad de agua que contiene:
› El agua permite una hidratación adecuada y un balance en los fluidos corporales, de tal forma que todas las funciones fisiológicas trabajen adecuadamente, es necesario compensar las pérdidas diarias, que se producen de forma normal por diversas funciones y la eliminación de líquidos corporales, como son: la orina, el sudor, la respiración, la materia fecal y en menor cantidad por las lágrimas y humedecimiento de los ojos y por el moco.
› Logra el procesamiento, absorción y utilización de los nutrimentos contenidos en los alimentos que ingerimos.
› Participa en todas las relaciones bioquímicas necesarias para la vida como conductora eléctrica, llevando a cabo la contracción muscular y la sinapsis neuronal.
› Ayuda al organismo a mantener un equilibrio interno.
› Contribuye a la excreción constante de desechos.
› Tiene un impacto positivo en el buen funcionamiento del sistema digestivo, desde que la saliva ablanda y procesa ciertos alimentos hasta que son absorbidos y eliminados los restos.
› Ayuda a que la fibra dietética, soluble e insoluble, realice funciones fisiológicas de vital impacto en el estado de salud como son: el aumento del peristaltismo intestinal, el aumento del volumen y pastosidad de las heces fecales, la disminución del colesterol sanguíneo y la regulación de la glucosa sanguínea.
También contribuye a la belleza externa, ya que al tomar agua, las células de todo el organismo se oxigenan de tal manera que se puede mantener una piel sana y brillante al apoyar la regeneración celular por medio de un soporte suficiente de minerales, nutrimientos y por supuesto de oxígeno.
Lo que debemos consumir de agua…
Diariamente nuestro cuerpo realiza un sinnúmero de procesos en los que se pierde agua, por lo que la piel tiende a resecarse, además disminuye la humedad de nuestro organismo, necesaria para funcionar bien.
En condiciones normales y con un adecuado funcionamiento del riñón, una persona pierde alrededor de 1450 mililitros de agua al día, distribuidos entre el agua como orina (500 mililitros), durante la respiración como vapor de agua (600 mililitros), en el sudor (200 mililitros) y desde luego dependiendo de las condiciones climáticas y actividad física que se realice y por la materia fecal (150 mililitros). Por lo tanto es necesario que le ayudemos a nuestro cuerpo a mantener el equilibrio, compensando esta pérdida tomando agua diariamente y mucho mejor si son dos litros. Para ello se recomienda beber de la siguiente manera:
› Por la mañana: 1 litro consumido a lo largo de un periodo de 30 minutos.
› En la tarde: Beber 1 litro a lo largo de un periodo de 30 minutos.
› Y en la noche: Consumir 1 litro a lo largo de 60 minutos y no cenar hasta media hora después.
Además de consumir los dos litros de agua diario, existen otras maneras de hidratar a nuestro cuerpo, a través de las frutas, incluyendo y aumentando el consumo diario de sandías, naranjas, uvas, peras y duraznos.
El agua, los beneficios que nos aporta:
El agua actúa además como protector, ya que controla la temperatura, ayuda a mantener los niveles adecuados de acidez en el cuerpo y retarda los procesos de envejecimiento.
Un consumo equilibrado de este líquido ayuda también a mantener la belleza del cabello, las uñas y la piel, la cual perfectamente hidratada luce brillante, ya que se da una regeneración celular por medio de un soporte suficiente de minerales, nutrimientos y por supuesto de oxígeno.
El agua es un excelente colaborador cuando de perder peso se trata, ya que suprime el apetito y ayuda al cuerpo a metabolizar la grasa acumulada.
El agua caliente:
Un buen hábito diario para limpiar y desintoxicar el organismo consiste en beber en ayunas cada mañana un vaso de agua caliente seguido un poco más tarde por otro vaso de agua caliente con un chorro de zumo de limón y una cucharadita de miel.
Esta sana costumbre matinal la pueden seguir incluso los niños. De hecho, si se tiene tos o mucosidad estas se ven aliviadas de inmediato, especialmente en el caso de los más pequeños.
Es así porque el agua caliente ayuda a eliminar las toxinas y los residuos acumulados en los órganos excretores, así como las bacterias perjudiciales que se encuentran en el tracto gastrointestinal.
Tras ingerir el agua es conveniente esperar al menos media hora antes de tomar el desayuno.
No obstante lo dicho, la práctica de beber agua caliente es extensible al resto del día para así obtener una limpieza en mayor profundidad de los tejidos. Se debe beber pequeños sorbos siempre que se tenga sed.
El agua caliente es especialmente útil cuando se está realizando un ayuno, ya que disuelve el material de deshecho que el agua fría no puede disolver por sí sola, además de que ayuda a arrastrar la suciedad hacia fuera a través de los poros, riñones y demás órganos eliminatorios.
Sirve como remedio para curar y aliviar enfermedades como la arteriosclerosis y el reumatismo, entre otras.
Por otra parte, para todas aquellas personas aquejadas de sobrepeso o que quieran bajar algunos kilos de más es importante que sepan que la práctica de beber agua caliente es un modo seguro y fiable de conseguir reducirlos sin tener que recurrir a dietas de adelgazamiento que pongan en peligro su salud.
Cómo preparar el agua caliente
Hay que hervirla unos minutos, dejar que repose un poco y beberla a una temperatura razonable, caliente no es sinónimo de "quemando".
El agua: medicina natural
Estudios recientes han concluido que la ingesta de agua en cantidades apropiadas, reduce un 45%, el riesgo de colon y a la mitad las probabilidades de desarrollar cáncer de la vejiga; debido a que la deficiente hidratación concentra mayor cantidad de sustancias tóxicas y cáncerigenas en esos órganos.
El tomar suficiente agua, reduce también el riesgo de problemas cardiacos, se hizo un estudio involucrando a 20.000 personas sanas que tomaban 5 vasos diarios de agua y las cuales presentaron un menor índice de problemas cardiovasculares en comparación con los que solo tomaban 2 vasos diarios.
El ingerir el agua que nuestro cuerpo necesita, hidrata las mucosas que recubren la nariz, garganta bronquios y pulmones, disminuyendo las probabilidades de infecciones virales como la gripe común o la influenza, infecciones bacterianas y la posibilidad en los asmáticos, de sufrir un ataque agudo.
Se le ha atribuido también a la ingesta de una cantidad adecuada de agua, la disminución de la producción de cálculos o piedras en el riñón y la incidencia de las infecciones urinarias.
Se ha comprobado que si nuestro cuerpo esta lo suficientemente hidratado, aumenta las sustancias para el control de bacterias en la boca y que se encuentran en la saliva; evitando la gingivitis (inflamación de encías), caries y otras enfermedades de la boca.
Consecuencias de no tomar suficiente agua
El no beber la cantidad suficiente de agua provoca en nuestro organismo una serie de malestares, indicándonos con ello que el agua que les estamos suministrando no es suficiente. Estos son algunos síntomas provocados por pequeños estados de deshidratación:
Dolor de cabeza.
Fatiga.
Cambios de humor.
Calambres.
Dolores musculares.
Estos síntomas suelen presentarse en estados de deshidratación crónica, cuando la ingesta de agua es menos de 3 vasos de agua al día por un tiempo prolongado:
Adormecimientos de las extremidades.
Alteraciones de la vista.
Dificultades para tragar.
Delirio.
Ataques cardiacos e incluso la muerte.
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