Beneficios del ejercicio físico
Está comprobado que la actividad física practicada regularmente, esos treinta minutos diarios, reduce las probabilidades de morir prematuramente, fortalece el sistema inmunológico y previene y/o retrasa la aparición de enfermedades, sobre todo, cardiovasculares.
Ayuda también a controlar el sobrepeso y la obesidad; fortalece los músculos y los huesos, aumentando la densidad ósea y previniendo la osteoporosis, y mejora la forma física.
Además, aumenta la producción de serotonina en el cerebro, con lo que se consigue agudizar las funciones intelectuales y neutralizar el estrés, puesto que contribuye a liberar tensiones, y, en gran medida, la ansiedad y depresión, mejorando el estado de ánimo y la autoestima.
Otros beneficios:
- Previene y/o retrasa el desarrollo de la hipertensión arterial y disminuye la tensión arterial en hipertensos.
- Controla el colesterol.
- Regula la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes.
- Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.
- Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de mama o colon.
- Si la actividad física es de intensidad moderada, puede ser beneficiosa para la artrosis.
- Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
Durante el embarazo
Sin perder nunca de vista posibles contraindicaciones médicas, también durante el embarazo mantener la costumbre de dedicarle un tiempo a realizar una actividad física puede reportar grandes beneficios a la mujer.
A corto plazo, el ejercicio puede disminuir los dolores de espalda, el estreñimiento, la hinchazón y la inflamación; aumenta el nivel de energía y bienestar; ayuda a modificar la postura y a tonificar, fortalecer y dar más resistencia a los músculos, mejora el patrón de sueño y protege frente a la diabetes gestacional.
De cara al momento del parto, una práctica regular de actividad física ayuda a mejorar la capacidad de la mujer para sobrellevar el dolor, disminuye las posibilidades de realizar cesáreas, la recuperación tras el nacimiento del pequeño es más rápida y es más fácil recuperar el peso anterior al embarazo.
En la menopausia
En términos generales, se puede decir que la mujer vive más años de su vida en el período posterior a la menopausia.
También en esta etapa, el ejercicio físico habitual tiene importantes beneficios: ayuda a controlar el aumento de peso y grasa corporal, mejora el estado de ánimo y crea sensación de bienestar, mejora los síntomas de la menopausia y disminuye las probabilidades de desarrollar enfermedades propias de las mujeres en edad avanzada, como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebro-vasculares, osteoporosis, artrosis, incontinencia urinaria, reacciones tóxicas a los medicamentos, dolor crónico, etc.
En definitiva, en adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento, mejorando su calidad de vida y aumentando su capacidad para vivir de forma independiente.
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