martes, 12 de abril de 2016

Debemos prevenir la celulitis

La celulitis, se hace cada vez más frecuente en las personas jóvenes, no solo en las obesas sino también en las delgadas.

Aparece en las regiones: glútea, lateral lumbar, las piernas, los muslos, el abdomen y el estómago. Así, la agresividad, la impaciencia, el apasionamiento u otros rasgos del temperamento hacen aparecer la celulitis en un lugar específico.

El agua puede constituirse en la mejor aliada para tratar la celulitis y combatirla cuando ya es un hecho.

La celulitis puede definirse como una modificación del tejido conjuntivo producida para la acumulación de líquidos intersticiales.

La celulitis se caracteriza por la aparición de nódulos que pueden apreciarse al apretar la piel, produciendo una sensación dolorosa y por un aumento de la trama conjuntiva, seguida de pérdida de elasticidad y flexibilidad y acompañada por el característico aspecto de "piel de naranja".

Factores hereditarios, una vida sedentaria, el estrés, la ingestión exagerada de toxinas, usar la ropa ceñida y una mala circulación sanguínea, son las principales causas de la aparición de celulitis.

Debe su origen a la acción de los estrógenos, hormonas femeninas; de ahí que su presencia sea más frecuente en las mujeres, sin distingos de constitución o edad. Si bien es cierto que, por su propia naturaleza es imposible que la celulitis se cure espontáneamente, existe una serie de medidas para combatirla de manera natural, como dietas adecuadas, ejercicio físico constante y diversos tratamientos. Tanto internos como externos.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento interno debe hacerse bajo supervisión y control médicos; el externo, en cambio, es a base de masajes manuales, los cuales producen una relajación orgánica general, aumentan la temperatura de la zona tratada. Activan la circulación sanguínea, mejoran el mecanismo de rechazo de los productos de deshecho y ayudan, tanto a la absorción de los principios activos contenidos en los productos aplicados, como la acción de las máquinas de gimnasia pasiva y drenaje linfático para evacuar toxinas.

Actualmente se ha comprobado que es un mal hereditario, pues las grasas contienen centros de comando que impiden la eliminación de esta sustancia.

Se trasmite de madre a hija; las etapas de mayor riesgo son entre la pubertad y la adolescencia, por eso es importante combatirla con medidas preventivas.

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