jueves, 22 de octubre de 2015

Por qué vigilar los lunares en la piel

Los lunares, también conocidos como nevos, consisten en una acumulación de células melanocitarias o pigmentarias. Corresponden a pequeñas manchas morenas que se desarrollan sobre la piel, particularmente durante la niñez y adolescencia. Las zonas expuestas al sol suelen presentar mayor cantidad de lunares.

Generalmente, un nevo benigno es simétrico, homogéneo y con bordes regulares. Asimismo, su aspecto es redondo u oval y tiene un diámetro inferior a un centímetro. Es fundamental diferenciarlo del melanoma, el cual es un tumor que puede generar cáncer cutáneo y metástasis. Según el estudio “Melanoma epidemiology” realizado por la doctora e investigadora estadounidense Margaret Tucker, las personas que presentan más de 50 lunares tienen mayor riesgo de padecer melanoma.

Cuando aparece en la epidermis, el melanoma suele parecerse a un lunar, lo que complica su detección, pero crece rápido, cambia su textura y puede ser doloroso. Es necesario acudir a un dermatólogo para que examine el nevo con un dermoscopio (lupa específica que permite visualizar las estructuras y colores de los lunares para detectar los melanomas) y realice una exéresis (acto quirúrgico que consiste en extirpar el nevo) cuando tiene un aspecto sospechoso. La intervención es rápida y no ocasiona dolores en el paciente, ya que se efectúa bajo anestesia local. Asimismo, la cicatriz es pequeña, por lo que es poco visible.

Cuidado con el sol

El sol es dañino para la salud cutánea, ya que la exposición excesiva y recurrente a los rayos solares favorece el desarrollo de melanomas, más aún en las personas que tienen la epidermis clara. Por eso, se recomienda no exponerse al sol entre las 11.00 y 17.00 horas. Asimismo, tienes que colocarte siempre una crema solar con alto índice de protección. No olvides que su eficacia es de una hora y media, por lo que no debes olvidar aplicarla frecuentemente. Además, si te bañas en una piscina o en el mar, es fundamental volver a ponerte crema solar. Si a pesar del producto solar, sufres una quemadura ocasionada por el sol, utiliza imperativamente cremas hidratantes para evitar que empeore. Toma en cuenta que las personas que tienen la epidermis sensible o presentan muchos lunares en el cuerpo tienen que cubrir su piel con prendas de vestir para que los rayos solares no afecten directamente a los tejidos cutáneos. En cuanto a los bebés y niños, no pueden estar expuestos al sol, ya que es altamente perjudicial.




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