lunes, 18 de mayo de 2015

El primer salón de belleza para niños

El objetivo de dos especialistas en marketing e ingeniería comercial, de atraer a clientes con un servicio por completo diferente del resto, se consolida en la peluquería para niños Kbyitos.
En este espacio creado por Miroslava Raljevic y Claudia Vera los pequeños pueden hacer volar su imaginación y pasar momentos muy entretenidos mientras el personal especializado les brinda una atención personalizada. La idea nació en la mente de las dos madres, quienes sumaron su conocimiento sobre manejo de mercados con una de sus más grandes pasiones: los niños.
Planificación
Nueve meses pasaron antes de que Miroslava y Claudia abran su empresa en la planta baja del edificio Gabriela Alejandra, ubicado en la calle Gabriel René Moreno, Calacoto. Ese tiempo sirvió para el diseño del lugar, de los muebles, de las áreas de dispersión y para la búsqueda del sitio que ellas deseaban: con vitrales grandes, mucha luz y espacio para el parqueo de vehículos.
"Nuestra idea era mucho más grande, teníamos un concepto más amplio, pero cuando uno comienza a ver la cantidad de cosas que necesita, los costos, la idea pisa la realidad. Además, le pusimos mucho detalle, no es un lugar donde hayamos utilizado cualquier material, al contrario, hemos invertido mucho”, explica Miroslava Raljevic.
Las emprendedoras estaban convencidas de la excelente mano de obra boliviana y acudieron a artesanos en madera para materializar sus ideas. El resultado: muebles, marcos de espejos, mesas, taburetes, trípodes, sillitas y vitrinas de diseños que le dan a Kbyitos el aire de un espacio de juegos convertido en un salón de belleza; incluso las gradas para bajar de las sillas de peluquería.
La diferencia
Cada menor, antes, durante o después de que le corten el cabello, lo peinen o le pinten las uñas, puede dedicarse a pintar un cuadro, tomar juguetes de la vitrina (que tiene forma de Pac-Man), jugar Play Station y ver televisión, entre otras actividades.
"El punto era diferenciarnos de los demás salones. Es fácil colocar un auto de plástico donde se sienten los niños mientras les corten el pelo, pero nosotras teníamos que marcar la diferencia. Nuestra empresa tenía que ser un lugar agradable a la vista, tanto de los niños como de los papás”, afirma Claudia Vera.
El personal, la mayoría con más de dos años de antigüedad en la empresa, se actualiza en lo último en moda de cabello y maquillaje de fantasía para niños, y en herramientas de motivación para hacer que la experiencia sea única para los menores.
En el espacio, mientras los niños son atendidos, los papás y las mamás pueden conversar sirviéndose un refresco, avanzar algún trabajo aprovechando el wifi del salón o, incluso, arreglarse el pelo en un cubículo que fue habilitado a petición de los clientes asiduos.
Las empresarias destacan que el servicio, garantizado en cuanto a higiene y calidad de productos, es accesible a precios que toman en cuenta la realidad de los padres. Por eso, una de las prácticas del salón es dar un corte gratis después de seis.
Proyección
En sus tres años, Kbyitos logró incluir en su base de datos a por lo menos 4.000 clientes asiduos. Con esta señal de éxito, la empresa prevé abrir una segunda peluquería, en la zona de Sopocachi; y una tercera, en la ciudad de Santa Cruz. Claudia comenta que le pusieron "alma, vida y corazón” a su sueño, se esforzaron no sólo en captar nuevos clientes, sino también en retener la preferencia de los antiguos. Idearon otros servicios de éxito como los cumpleaños en el salón (en los que los padres sólo deben contratarlos y Kbyitos se encarga de todo) y las gift cards (tarjetas que valen por una atención completa y que pueden ser adquiridas para darlas como regalo).

"Se aprende en el camino, no somos peluqueras y los detalles que hemos creado se han ido mejorando con el tiempo; cada mes es una experiencia, cada mes ofrecemos nuevas cosas porque aparecen nuevas necesidades”, dice Miroslava.

"El punto era diferenciarnos de los demás salones. Es fácil colocar un auto de plástico, pero nosotras teníamos que marcar la diferencia”.
Claudia Vera, empresaria

"Los detalles se han ido mejorando con el tiempo; cada mes es una experiencia, cada mes ofrecemos nuevas cosas”.
Miroslava Raljevic, empresaria

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