El ascenso de los «selfies» está teniendo un enorme impacto en la industria de la cirugía plástica facial. Un selfie es, en una palabra, un autorretrato. Se trata de una fotografía que se hace uno a sí mismo desde un dispositivo móvil o una cámara digital y que posteriormente comparte en las distintas redes sociales. 2014 se ha convertido, sin lugar a dudas, en el año de los selfies. Celebridades de toda índole, personas anónimas, futbolistas, jefes de estado, ¡hasta el Papa Francisco!, se han apuntado a esta nueva moda. Todos ellos disfrutan de sacarse fotos al natural en diferentes situaciones cotidianas o en momentos totalmente surrealistas. En el último año se han publicado millones de autorretratos en todas y cada una de las redes sociales. Desde personas que se sacan fotos para presumir de nuevo peinado o nuevo modelito, hasta otras que se fotografían en funerales, en hospitales, incluso con incendios de fondo. Hay casos extremos como el de Ferdinand Puentes, que se sacó un selfie tras sufrir un accidente aéreo. Ferdinand, que viajaba junto a nueve personas en una avioneta que se estrelló en el océano cerca de Hawái, grabó el accidente en vídeo, y aprovechó la situación para hacerse una foto con el chaleco salvavidas y el avión accidentado de fondo.
Ellen DeGeneres, presentadora de la gala de los premios Oscar, fue la que prendió la mecha tras subir a su cuenta de Twitter un selfie con varios de los actores presentes en dicha ceremonia. Un tuit que se convirtió en el mensaje mas retuiteado de la historia, en dos horas ya tenía más de un millón de retuits.
Un fenómeno mundial que se ha extendido por todas partes en un tiempo récord y que, como hemos comentado al inicio del artículo, ha tenido un fuerte impacto en la industria de la cirugía plástica. Según los datos de un estudio que publica la Asociación Americana de Cirugía Plástica y Reparadora, AAFPRS en sus siglas en inglés, uno de cada tres centros encuestados, de un total de 2700 clínicas, ha registrado un aumento en las intervenciones de cirugía plástica y estética debido a la actitud de los pacientes respecto a su imaagen. El trece por ciento de los encuestados admite que el fenómeno selfie ha hecho que crezca la insatisfacción de sus pacientes con su propia imagen. Los datos hablan por sí solos: de un año a otro han aumentado un diez por ciento las rinoplastias, un siete por ciento los trasplantes de cabello y un seis por ciento las cirugías de párpado.
«Las plataformas sociales como Instagram, Pinterest o la aplicación para iPhone Selfie.im, que se basan exclusivamente en imágenes, propician que sus usuarios analicen sus fotografías con una mirada más autocrítica si cabe», afirma Edward Farrior, Presidente de la AAFPRS.
Estas fotografías que se comparten en los medios sociales son a menudo la primera impresión que tienen los jóvenes sobre los cánones de belleza de una sociedad que cada vez presenta más tendencias narcisistas. En muchas ocasiones ayudan a incrementar los complejos de muchos de estos adolescentes que quieren parecerse a los modelos de belleza que les vende internet. Cada vez es más habitual que un paciente critique su imagen enseñando al cirujano una fotografía de su rostro en su iPhone. Los medios sociales han entrado de lleno en el mundo de la cirugía plástica, y parece que lo han hecho para quedarse.
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