Las várices o venas varicosas son dilataciones de las venas que se caracterizan por la incapacidad de establecer el flujo de la sangre hacia el corazón, que más allá de lo estético es un tema de salud que debe ser tratado a tiempo.
Según el cirujano cardiovascular Rodolfo Wichtendahl, estas suelen ser uno de los problemas que más aquejan al sexo femenino debido a factores genéticos y hormonales. La hormona estrogénica es la que la predispone la aparición de las arañas vasculares y venas reticulares, que son de color rojo azulado.
“El 80% de la población adulta padece varículas o arañitas de la piel que afectan cuatro veces más a las mujeres que a los hombres”, señala el experto.
Factores que influyen
Wichtendahl explica que las várices no solo son hereditarias, si no también se dan a causa de la obesidad por estiramiento de la piel, las posiciones de pie porque de esa manera se dificulta el ascenso de la sangre al corazón, el embarazo porque al agrandarse el útero con el feto se produce compresión de las venas pélvicas evitando que la sangre de las piernas llegue al corazón.
El estreñimiento también contribuye a su aparición, al hacer mucho esfuerzo para expulsar las heces se aumenta la presión en las venas abdominales, dificultando la salida de la sangre de las piernas, por tanto, incrementa el riesgo de la aparición de las várices.
Como detectarlas
Escozor, sensación de pesadez, cansancio, hinchazón de las piernas, inflamación local, calambres, hormigueo, úlceras y cambios de color de la piel son síntomas que por lo general se presentan en la parte inferior del cuerpo y son indicadores de que algo no anda bien. En estos casos hay que acudir a un especialista.
Seguir un tratamiento
Las formas de tratarlas van a depender del tipo de várices que tengás, en el caso de las pequeñas que no ameritan cirugía se pueden tratar con radiofrecuencias y las várices mayores que son más notorias y palpables se las deben tratar a través de tratamientos quirúrgicos
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