sábado, 20 de septiembre de 2014

Ultracavitación o lipoescultura no quirúrgica

La ultracavitación es un procedimiento reductor en medicina estética basada en ultrasonido, que destruye los adipocitos o células grasas acumuladas sin intervención quirúrgica.

Al usar una frecuencia de vibración específica a cierta potencia, se ponen en resonancia las moléculas de la célula grasa, generando microburbujas, que estallan rompiendo la grasa de forma selectiva y no otro tejido.

Para hacerlo comprensible se utiliza el ejemplo del tenor que al cantar en cierto tono, es capaz de romper el cristal de una copa. La nota del cantante tiene una frecuencia específica de baja potencia que resuena únicamente contra el cristal y lo rompe pero no así otras estructuras.

En el caso de las células grasas, se ha observado que la frecuencia de resonancia se logra entre 37 y 42 KHz. Por lo que los equipos óptimos para este tratamiento reductor deben encontrarse en esta frecuencia. Para diferenciar un equipo de ultrasonido se encuentra en 3 Mhz es decir es útil para trabajar en fisioterapia, en cambio la grasa acumulada se encuentra más superficial por lo tanto debemos utilizar KHz.

Posterior a la rotura de las grasas ésta se transforma en glicerina, la cual es eliminada a través del sistema linfático, de la orina y de las heces para este proceso debemos ayudar al organismo con la ingesta de agua pura unos ocho vasos aproximadamente.

La sesión de ultracavitación es cómoda, indolora y no invasiva. Los resultados son evidentes desde la primera sesión. Se recomiendan de 6 a 8 sesiones con un espacio de 7 días.

Está comprobado que los mejores resultados se obtienen aplicando radiofrecuencia tripolar asociada a lipolíticos inmediatamente después de la ultracavitación, para estimular el drenaje de la grasa diluida y el tensado de la piel evitando así la flacidez.

Por último, recomiendo elegir siempre un centro médico reconocido para la realización de esta técnica. La exploración médica previa es importante para la valoración y diagnóstico del tipo de sobrepeso, adiposidad localizada, celulitis y la obesidad que pueda existir (unas responden mejor que otras) y esto puede ayudar a no crear expectativas erróneas. Existen en el mercado multitud de aparatos que no han pasado los controles para ser usados en medicina estética, incluso entre estos existen diferencias de resultado y algunos son incluso dolorosos.

Ningún tratamiento reductor debe ir aislado de la alimentación adecuada, el profesional médico debe asesorarte en este aspecto, controlar si existe patología como síndrome metabólico, afecciones cardiacas, diabetes u otras enfermedades, antes de realizar cualquier tratamiento. La actividad física debe estar presente, ya que si no quemamos calorías naturalmente los tratamientos serán momentáneos volviendo a tu peso anterior rápidamente. Mientras si realizas tratamientos junto a una alimentación asesorada y actividad física, los resultados serán evidentes y a largo plazo.

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