1. Pies y dedos sin pelo: Problemas serio de circulación. No serán bonitos ni cómodos par alas sandalias, pero esos pequeños pelitos que tenemos en los dedos son una buena señal. Si desaparecen de golpe están indicando que los pies no están recibiendo un riego sanguíneo suficiente para sostener el crecimiento del cabello.
2. Calambres frecuentes: Deshidratación y deficiencias nutricionales. Los calambres también pueden ser un signo de una enfermedad circulatoria grave o de una lesión nerviosa. Si estás entrenando asegúrate de beber agua, porque la hidratación puede ser una de las causas de los calambres. Las deficiencias de potasio, magnesio y calcio también pueden originar estos síntomas. Conviene revisar la dieta o tomar suplementos vitamínicos.
3. Una llaga o úlcera que no se cura: Diabetes o cáncer de piel. Las llagas que tardan mucho en sanar son uno de los indicadores de diabetes, pues los niveles descompensados de glucosa causan daño a los nervios de los pies y esto significa que las pequeña heridas nunca cicatrizan. Una herida sin curar también puede ser un signo de melanoma, un tumor de la piel que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluidos los pies.
4. Los pies siempre fríos: Hipotiroidismo. Es la cusa más común de que los pies nunca puedan subir su temperatura. Si tienes más de 40 años puedes sufrir una caída del funcionamiento de la glándula tiroides, y no saberlo. El frío en los pies es el menor de los problemas porque el hipotiroidismo también puede causar pérdida del cabello, fatiga, ganancia de peso y depresión.
5. Juanete: Una deformación heredada de la estructura del pie. Los juanetes no son la causa de usar tacones o zapatos de punta muy fina, sino que están marcados por la carga genética, esa deformación puede agravarse con el uso de cierto calzado, pero no es su causa. El juanete puede ser doloroso y la única solución es la cirugía.
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