miércoles, 23 de abril de 2014

Rubia vs. morena maquillaje a tono con sus pieles

En cuestión de maquillaje el color de la piel sí importa. Si tu tez no es blanca y “universal” como apunta el experto de la marca Smashbox Franklin Lara, tenés que aprender a seleccionar colores que mal aplicados pueden no favorecerte.

En una batalla para que tanto rubias como morenas luzcan despampanantes, Para Ellas le consultó a él en Perfumería Cosmet y a Rose Mary Cesar, maquilladora de salón Mary Lizzie, sobre los trucos y recomendaciones para que tus bases, correctores, polvos, sombras, rubores y labiales estén siempre a tono con vos.

Para estos especialistas, en el maquillaje no existe nada prohibido. Todo depende de los productos con los que contés y la habilidad que tengás para resaltar rasgos que te hacen aún más bella o para camuflar imperfecciones que podés disimular

MITOS Y RETOS

Que a las morenas no todos los colores les sientan y no les queda la gama de sombras frías, entre ellas el lila y el azul, porque en sus pieles dan la sensación de ser moretes. Esos son algunos mitos y para los que saben de belleza el reto es romperlos a la hora de maquillarse. Ellos recomiendan que tomés en cuenta la forma de tus ojos, el corte de tu rostro y el grosor de tus labios.

Analizalo ¿Te estás maquillando en armonía con los rasgos y el tono de tu piel?, ¿Tu kid de cosméticos tiene todo lo que necesitás?

La base

Tu primera capa de maquillaje
La base correcta tiene que acercarse al tono de tu piel. El criterio para usarla tanto para rubias y morenas es el mismo, solo que si tu tez es oscura necesitás una base extra y dos tonos más claros para usarla en tus párpados antes de aplicarte las sombras.

Para cutis grasos como es usual en las pieles bronceadas y en la zona T de las blancas, Mary Rose recomienda que tengás en tu estuche de maquillaje una prebase para cerrar tus poros y librar tu cutis del excesivo brillo.
Piel de porcelana

Correctores y polvo
En cuanto a correctores siempre hay imperfecciones que disimular en ambas pieles, pecas en las más claras y manchas en las otras. Lo ideal para Lara es que las cubrás con un corrector, preferentemente, en barra. Con respecto al polvo, te recomienda que esté a tono con el bronceado de tu cuello y hombros para que tu rostro no luzca más claro. “El maquillaje debe quedar compacto y uniforme”, explica.
¡Coloreá tus ojos!

Una paleta de sombras
Si sos rubia no hay ninguna advertencia sobre el uso de sombras. Elegí el color que más te guste y recordá que no es obligatorio que combine con tu ropa, eso ya no está de moda.
Para las trigueñas y morenas el lila y la gama de tonos fríos se usan con reserva; no están prohibidos siempre y cuando no exagerés y los difuminés como se debe. “El truco es aplicarte una prebase más clara en los párpados para que las sombras resalten”, explica Rose Mary.
Con los colores neutros y cálidos no tendrás problema alguno porque están casi casados con el colorcito de tu piel.
Labios...

MATES, ELÉCTRICOS Y GLOSS
Los colores chillones se ven fantásticos en los labios de una rubia y en tonos mates, pueden ser dinamita pura en una morena.
Rosados, rojos, cafés están aprobados por nuestros expertos, pero con recomendaciones para los labios carnosos. Estos deben delinearse por dentro con un lápiz borgoña o café para regular la apariencia de su grosor. Si son muy delgados o querés que se vean más voluminosos entonces el gloss con su color y brillo te será tremendamente útil.
Si tus labios son muy oscuros un poco de prebase sobre ellos te permitirá mantener la pureza de los colores más claros.

El toque en tus mejillas
Rubores y efectos
¿Rosas, bronces o terracota? Depende si querés que se mimetice con el color de tu piel, que resalte o te dé una apariencia bronceada. Para las pieles blancas, ningún rubor pasa desapercibido pero para las oscuras podría ser que sí.

Lara indica que los rosas son infalibles para colorear tus mejillas, mientras que los terracota son perfectos para perfilarlas. Para aplicar el rubor cargá tu brocha, sacudila y barré desde la zona media de tus mejillas hacia tus orejas.

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