jueves, 13 de marzo de 2014

¡Cuidado!¿Miedo a las arrugas?

Muchas mujeres seguramente buscan la receta del néctar de la juventud. Y es que nadie puede escapar de las manos del tiempo, más cuando este se manifiesta a través de esas líneas de expresión que son las arruguitas. Por ello vamos hablar sobre un problema que tal vez es frecuente pero no conocido: La ritifobia, un trastorno ocasionado por el miedo a envejecer o tener arrugas. Sigue leyendo la nota.

Huellas que aterran. Primero debes saber que una fobia es un temor subconsciente acumulado que puede explotar en cualquier momento explica el experto en psiquiatría biológica Rafael Valdivieso, "En este caso las arrugas, que principalmente afectan más a las mujeres que a los hombres". Según la psicoterapeuta Ana Calvo, este problema puede tener su origen en varias razones, como por ejemplo la imagen visual de una mujer esbelta, hermosa y con una piel impecable sin importar el precio que deban pagar. Pero también pueden influir factores como la ansiedad, baja autoestima e inseguridad.

Efectos. Valdivieso explica que al no resolverse el problema, puede empeorar y ocasionar inclusive que los mecanismos de la piel se alteren y produzcan alergias, hinchazones, edemas, descamación y hasta cáncer de piel porque al estar en un estado de ansiedad permanente ocasiona que las defensas bajen y por ende también las personas envejezcan cada vez más rápido que lo normal. “Un cuadro como este inclusive puede llevar hasta el suicidio”, dice.

¿La solución? . "No se debe tratar el problema por las ramas del árbol, sino por sus raíces”, comenta Valdivieso. Indicó que la verdadera solución es atacar el problema por los orígenes biológicos, ambientales, nutricionales, metabólicos y psicodinámicos.//

Atacar el problema por la raíz y no por las ramas

Inseguridades. Casi todas las personas tenemos algún complejo que lleva a desarrollar inseguridades que son impulsadas de diversas maneras. En este caso el miedo a las arrugas puede ser activado tal vez por las líneas de expresión que puede salir y que muchas veces quiere atacarse por medio de los síntomas. Sin embargo, es ahí donde está el error, ya que se quiere atacar el problema por las ramas y no por la raíz. Para ello es necesario que las personas conozcan por qué sucede antes de acudir a algún tratamiento. //

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