lunes, 2 de diciembre de 2013

Electroestimulación muscular

Mantenerse en forma física y con un buen estado de salud requiere, nos guste o no, algo de esfuerzo, que será mayor o menor según nuestros objetivos y nuestra condición física previa. Sin embargo, hoy en día hay ciertos aparatos, técnicas y tratamientos, que nos ayudan a que ese esfuerzo sea un poquito más pequeño y llevadero. Es el caso de la electroestimulación muscular, una técnica que utiliza una corriente eléctrica adecuada para provocar una contracción muscular y, gracias a ella, un resultado en nuestro cuerpo.

Los aparatos de electroestimulación muscular son una ayuda más tanto en el campo de la fisioterapia como en el del entrenamiento, y forman parte de una gran ciencia conocida como electroterapia que, según el fisioterapeuta y preparador de deportistas de alta competición Jordi Riba, es “aquella parte de la medicina que utiliza la electricidad como medio terapéutico, cuyo fin será tratar de mejorar o reparar tejidos neuromusculares dañados por inflamaciones, degeneraciones, traumatismos o degeneraciones”.

Orígenes

Aunque el grado de sofisticación actual de este tipo de tratamientos es propio de los adelantos tecnológicos de los siglos XX y XXI, ya los antiguos egipcios sabían que las descargas eléctricas podían beneficiar al ser humano. Por supuesto, ellos no tenían energía eléctrica, pero suplían esta carencia con peces capaces de generar descargas eléctricas.

Fueron los soviéticos los que retomaron esta técnica para poner en forma a sus astronautas en la década de los años 60, con lo que se conocieron como corrientes rusas o de Kotz; se trataba de unas descargas tan fuertes que recordaban más a métodos de tortura propios de la KGB. Después fueron los atletas de la URSS los que se beneficiaron de esta terapia que, posteriormente, se fue popularizando en todos los centros de fisioterapia y medicina deportiva.

Sin embargo, hoy en día los aparatos de electroestimulación muscular son seguros, y utilizados de forma correcta por un profesional pueden contribuir a una mejora muscular importante. A este respecto, Jordi Riba señala que en la actualidad “existen métodos claramente mucho mejores y sin riesgo alguno para aplicar la electricidad, tanto en terapia como para la elevación del rendimiento deportivo”.

Cómo funcionan los aparatos

Los aparatos de electroestimulación muscular trabajan dependiendo del objetivo que se persiga al emplearlos, por lo que es importante elegir bien la intensidad de las descargas que se aplican y la zona donde se colocan los electrodos que van directamente pegados a la piel.

Las membranas de las células del organismo están polarizadas, puesto que hay un reparto desigual de cargas eléctricas entre el exterior de la célula (positivo) y el interior de la misma (negativo), donde precisamente intenta actuar la energía de la electroterapia.

Así, el tipo de frecuencia seleccionado en los aparatos de electroestimulación es la clave para indicar a nuestro cuerpo qué tipo de fibra muscular se está activando o excitando, según la fase de entrenamiento en la que nos encontremos, o el problema de salud que se intente solucionar mediante esta técnica. Y es que, en palabras del fisioterapeuta Jordi Riba, la electroestimulación puede “excitar de forma arbitraria, interesada y dirigida, las fibras musculares débiles de los músculos que causen descompensación o debilidad y, por tanto, importantes dolores secundarios, así como de carácter articular y, por tanto, la incapacidad funcional que de ellos derivan”.

Las frecuencias más bajas están indicadas para conseguir una relajación tanto del músculo como de la propia persona, con un aumento de la circulación sanguínea y de la liberación de endorfinas pero, a medida que se va subiendo la banda de la frecuencia eléctrica, se trabaja el músculo desde un aspecto propio del ejercicio aeróbico, pasando por una combinación de aeróbico-anaeróbico hasta llegar al metabolismo anaeróbico, con las frecuencias más altas, superiores a los 50 hercios (unidad de frecuencia de un movimiento vibratorio que es equivalente a un ciclo de oscilación por segundo).



Para que se utiliza

Sus funciones son otras tal y como añade este experto: “la electroestimulación es un gran aliado de todo tipo de musculación, de la prevención de lesiones, de la recuperación deportiva y postquirúrgica, de la rehabilitación de otro tipo de lesiones como las incontinencias urinarias por debilitamiento de suelo pélvico…, pero no crea cuerpos 10”.

Dentro del campo del entrenamiento, las frecuencias altas de la electroestimulación muscular permiten un desarrollo de la fuerza física y de la resistencia muscular, mientras que las frecuencias más bajas contribuyen a mejorar la resistencia aeróbica y también a relajar la musculatura.

Según Jordi Riba, la medicina deportiva cuenta con la electroestimulación muscular para, por ejemplo, tratar sobrecargas o descompensaciones musculares, roturas o microrroturas fibrilares, problemas en el tejido muscular y otras lesiones similares.



Contraindicaciones

El hecho de que se disponga de una amplia gama de aparatos de electroestimulación muscular permite que se puedan adaptar bastante bien a diferentes dolencias y estados musculares de los pacientes.

Sin embargo, no todo el mundo puede someterse a una sesión, aunque sea breve, de este tipo de terapia. En este sentido, es importante informar siempre al fisioterapeuta en el caso de que se padezcan enfermedades graves o crónicas, para que evalúe la mejor forma de tratar patologías musculares.

En principio, el fisioterapeuta Jordi Riba informa que está contraindicado el uso de electroestimulación muscular en pacientes con marcapasos, desfibriladores o patologías cardíacas; en personas con epilepsia, con tromboflebitis, flebitis activa o no controlada, fiebre, o con presencia de enfermedades graves, traumas o estrés muscular.

Asimismo, las mujeres embarazadas deben renunciar a esta terapia, así como habrá que prescindir de colocar los electrodos en zonas próximas a heridas recientes sin cicatrización, o en úlceras por presión.

Para algunas personas con graves problemas para conciliar el sueño hay veces que la estimulación muscular nocturna es contraproducente, por lo que deberían simplemente programar sus tratamientos por las mañanas o a primera hora de la tarde.



Bandas de frecuencias de los aparatos

Los aparatos de electroestimulación muscular que se encuentran en los centros de fisioterapia, rehabilitación y medicina deportiva tienen una banda de frecuencias muy amplia, lo que permite que los rangos de actuación y aplicación sean, igualmente, muy variados.

En este sentido, el fisioterapeuta y preparador de deportistas de alta competición Jordi Riba explica la utilidad de las frecuencias de los aparatos de electroestimulación:

• Rango 2-4 hercios: se trata de una sesión de electroestimulación muy suave, con la que se consigue relajar el músculo, tanto en el caso de que esté sobrecargado como dolorido. Esta banda favorece la circulación sanguínea y la eliminación de sustancias tóxicas del organismo.

• Rango 4-8 hercios: la sesión continúa siendo muy suave, pero el cuerpo también responde a esta electroestimulación. Así, el organismo genera sustancias endorfínicas que contribuyen a elevar el umbral del dolor y, por lo tanto, la capacidad de resistir ante él.

• Rango 8-12 hercios: aunque la sesión sigue siendo bastante suave, empezamos a notar cómo el músculo se contrae cuando se aplica este rango de frecuencia. Es una especie de masaje y, por lo tanto, va acompañado de los beneficios propios de un masaje local: relajación intensa en la zona, mejora de la circulación sanguínea local y de la oxigenación muscular, así como disminución de sustancias tóxicas.

• Rango 12-40 hercios: con esta intensidad se activan las fibras musculares más lentas, al igual que se hace con una carrera continua suave. Se empieza, por tanto, a trabajar la capacidad aeróbica del organismo, pero sin apenas déficit de oxígeno.

• Rango 40-60 hercios: este rango trabaja principalmente fibras lentas intermedias, aunque puede llegar a alguna rápida, dependiendo de la amplitud. Es un paso más del rango anterior porque consigue el mismo efecto pero ampliado: mayor resistencia muscular y mejor nivel de oxigenación.

• Rango 60-80 hercios: esto ya es un trabajo de fuerza y desarrollo de musculatura propiamente dicho, puesto que se activan tanto las fibras musculares intermedias como las rápidas.

• Rango 80-120 hercios: se activan las fibras rápidas con gran intensidad, con lo que se mejora la fuerza, la velocidad, y también una combinación de ambas.



Indicaciones

La electroestimulación muscular tiene su ámbito de aplicación más habitual en el plano terapéutico, pero esto no está reñido con otras indicaciones que cada día se ven más, como dentro de un programa de entrenamiento muscular.

Es importante tener en cuenta que esta terapia nada tiene que ver con los anuncios de televisión en los que se promete que usando estos aparatos de electroestimulación conseguiremos sin esfuerzo un cuerpo 10, con tableta de chocolate incluida.

“Una persona común de la calle, que no ha realizado actividad física alguna en su vida y que sufra sobrepeso es improbable que pueda adquirir el mismo cuerpo de un modelo, o incluso una ligera apariencia del mismo, tras la aplicación de electroestimulación muscular, aunque sea tras larguísimas e intensas sesiones”, explica el fisioterapeuta Jordi Riba, respecto al uso meramente estético que se pretende asociar a estos dispositivos.


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