miércoles, 17 de julio de 2013

Límite tenue entre salud y vanidad

A veces es difícil establecer el límite o el equilibrio entre lo que realmente es salud y dónde empieza la “vanidad”. Sin embargo, es parte natural y normal en el ser humano querer verse y sentirse cada día mejor, esto nos brinda mayor seguridad y es grato ver nuestro reflejo en un espejo y aceptar de buen agrado lo que vemos. Por ello, mencionaré las enfermedades inestéticas más frecuentes.

Melasma: Manchas oscuras, color café en cara, atribuidas a embarazo y tratamientos hormonales. Sin embargo, muchas mujeres incluyendo a las que no tuvieron hijos y varones pueden presentarla. Más frecuente después de los 25 años y en piel morena.

Acné: Presencia de “granos rojos o con pus y espinillos” en cara, pecho y espalda, piel muy grasosa y por lo general intermitente. Según la gravedad ya se cuenta con tratamientos excelentes.

Rosácea: Piel de rostro enrojecida, con vasos rotos, a veces granos rojos o con pus, similares al acné. Empeora con la exposición al sol y clima cálido.

Arrugas y envejecimiento: Si bien el envejecimiento es inevitable, cada vez es más frecuente ver personas jóvenes con líneas de expresión profundas y precoces. Las causas son varias, entre ellas: genética, exceso de sol, falta de cuidado e higiene adecuada, fumar e insomnio.

Vitiligo: Manchas blancas en cualquier lugar del cuerpo, en todas las edades; sin molestias o síntomas.

Caída de cabello: La causa puede ser exceso de grasitud (seborrea), genética, autoinmune, dietas mal llevadas, embarazos y otras enfermedades. Se debe determinar la causa para realizar el tratamiento.

Estas enfermedades equivalen al uno por ciento de todas las inestéticas, se debe tener cuidado y conciencia de que el tratamiento tiene que ser realizado por un profesional.

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