jueves, 25 de julio de 2013

Elimina las durezas de los pies

Además de la popular piedra pómez, la manzanilla o la hiedra también son tus aliados contra las durezas.

Las durezas de los pies reciben también el nombre científico de hiperqueratosis. Son zonas de la piel en las que se acumula una gran cantidad de queratina resultante de la compactación de células muertas de la epidermis debido a un exceso de roce o fricción. Por ello, se puede entender como un sistema de defensa de la piel del pie, que suele ser causado por malos hábitos al caminar, los cuales provocan que una mayor cantidad de peso corporal recaiga sobre una determinada zona de esta extremidad, lo que provoca que su sobrecarga, sobre todo en aquellos que padecen sobrepeso. El tipo de calzado que usas también es un factor a tener en cuenta.

PRINCIPALES CAUSAS POR LAS QUE APARECEN LAS DUREZAS

Existen varias razones por las que pueden aparecer las durezas, la primera de ellas es una postura incorrecta al caminar, lo cual provoca que, durante la pisada, se apoye más peso sobre una determinada zona del pie. Esto es catalogado como un problema de origen postural, provocado por la deformidad o la alteración de alguna de las diferentes articulaciones del pie. En este caso, la solución es más complicada, ya que para corregir el problema puede que se tenga que pasar por quirófano.

TRATAMIENTO

Es inevitable nombrar, en primer lugar, a la muy conocida piedra pómez, una fiel amiga en lo referente al cuidado de la belleza de los pies. Al frotar con ella sobre la zona endurecida conseguirás ablandarla rápidamente. Posteriormente, puedes restregar sobre ella una cebolla cruda y cortada por la mitad.

Otro de los remedios más conocidos es el de la manzanilla, que ha de prepararse en forma de infusión. Al bañar tus pies en esta infusión aromática, rápidamente podrás notar cómo la zona se va desinflamando y el dolor se calma poco a poco. Prepara, al menos, un litro de infusión, pon tus pies en remojo durante cinco minutos.

Otro remedio totalmente natural y efectivo es el de la hiedra. Consiste en machacar un par de hojas de esta planta junto a un ajo y aplicar la masa resultante sobre la dureza de tu pie. Debes tratar de evitar que esta pasta entre en contacto con la piel no afectada, ya que puede provocar un poco de irritación. Después, tienes que proceder a taparlo con un venda o una gasa. Lo mejor es realizar este tratamiento momentos antes de irse a dormir, ya que así no tendrás que preocuparte si el vendaje se mueve o no y hará efecto sin que te des cuenta. Una vez llegada la mañana, debes lavar la zona a la vez que sumerges tus pies en agua caliente.

Esto provocará que la piel se reblandezca un poco y podrás retirar la parte afectada frotando ligeramente con una piedra pómez. Debes repetir el proceso todas las veces que sea necesario hasta acabar por completo con la dureza o el callo. Puedes sustituir, si así lo deseas, la hiedra por aceite de oliva, si no dispones de esta planta en casa. Los efectos serán los mismos.

El vinagre de manzana es otra opción estupenda para este mal. Hay que decir que puede ser sustituido por zumo de limón sin que se resienta su poder curativo. En un litro de agua tibia verter 100 mililitros de este tipo de vinagre junto a un par de ajos machacados. Después, aplica sobre la zona afectada esta solución y en pocos días podrás comprobar los resultados.

Si padeces de durezas en los pies apresúrate a probar cualquiera de estos sencillos tratamientos y verás cómo obtienes resultados inmediatos sin necesidad de gastar mucho dinero en acudir a un podólogo o un especialista.

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