Los iluminadores faciales resultan un arma de dos filos -si no los sabes utilizar, tu piel va a lucir brillante (no en una forma agradable) y hasta infantil. Toma en cuenta que son ideales para dar luz y resaltar ciertas áreas de tu rostro -mantenerlos al mínimo es la clave para obtener resultados favorables.
Escoge la textura, aquellos compactos funcionan para iluminar áreas más grandes sin llegar a ser tan notorio -utilízalas si tu piel es grasa o normal. Las versiones en polvo son divertidas pero menos precisas, sé cautelosa cuando las apliques. Finalmente, los iluminadores en crema y líquidos son los más comunes y sencillos de usar -aléjate de ellos si tu piel es súper grasa ya que aumentaría el problema. Elige el color adecuado. No es raro encontrar decenas de iluminadores en las tiendas, cada uno con diferentes propósitos. Ve por uno blanco o transparente con brillitos delicados si estás indecisa
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