5 TRUCOS PARA APRENDER A MEDITAR

Es el momento de incluir la meditación en tu vida. Te damos algunas recomendaciones básicas para comenzar una meditación.

Elige un momento. No hace falta que sea una hora en particular pero es recomendable practicar siempre en la misma franja horaria.

Muchas personas aprovechan la tranquilidad de la primera hora de la mañana, mientras que otros buscan recogerse y aquietar la mente antes de ir a dormir (asegúrate de que no estás demasiado cansada). Para introducirlo en tu rutina, puedes asociarlo con una acción cotidiana, como meditar después de lavarte los dientes por la noche o tomarte tu primera taza de té o café por la mañana.

10 minutos al día. Comprométete a dedicar este tiempo durante la primera semana y observa cómo te sientes tras cada sesión. A partir de ahí, aumenta el tiempo poco a poco hasta llegar a 20 o 30 minutos de práctica cotidiana.

Un sitio tranquilo. El maestro Zen Thich Nhat Hanh se refiere a menudo a la “habitación de respirar”, una habitación o una esquina de la casa donde podemos “estar solos, respirar y sonreír, al menos en momentos difíciles”, señala. Este refugio puede decorarse con flores u otros objetos que nos sugieran calma y bienestar.

Una postura cómoda. En el suelo o en una silla, mantén la espalda erguida y una postura que denote presencia y serenidad.
Céntrate en la respiración. Observa tu respiración… ¿es superficial o profunda, corta o larga? La instrucción básica es esta: cada vez que la atención se va hacia pensamientos o emociones, vuelve a la sensación física de la respiración. La mente tiende a evadirse constantemente, y la respiración es un ancla para el presente.

Ser conscientes de la respiración puede convertirse en un poderoso aliado en nuestras vidas: la respiración, con la atención en cada inhalación y exhalación, se convierte en una manera para sobrellevar los altibajos de nuestra vida cotidiana.

*Al principio puede ser difícil, pero la clave, como escribe Lawrence LeShan en su libro clásico “Como meditar”, es la consistencia y dedicación que se dedique al nuevo hábito. Entrena la mente como si se tratase de un músculo que estás fortaleciendo. Con el tiempo, se dará naturalmente.


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