domingo, 23 de septiembre de 2012

La Paz, Cochabamba y Santa Cruz tienen 130 spas legales



Fue en los años 80 cuando Elizabeth Mansilla puso en marcha su sueño con una pequeña peluquería en la ciudad de Santa Cruz. Con el tiempo, cortar, peinar y teñir cabellos no fue suficiente, la demanda de tratamientos faciales, corporales, de hidratación y de relajación la llevaron a ampliar sus servicios y llegar incluso a otros departamentos, incluido La Paz.

Así creó la cadena de spas (del latín salutem per acqua, salud por medio del agua) que lleva su nombre y ofrece varias terapias, entre ellas que los clientes hagan ejercicios y accedan a masajes y cuidados estéticos. Para esto cuenta con cosmetólogos, esteticistas y fisioterapeutas en su equipo, y con una licencia de funcionamiento otorgada por el Congreso Internacional Esthetiques Nouvellis en Miami.

Mientras que en Bolivia, señala la empresaria, tiene los permisos dotados por los servicios departamentales (Sedes) del Ministerio de Salud y Deportes, su Número de Identificación Tributaria (NIT), los respectivos padrones municipales o registros administrativos y el inventario de los artefactos y de los especialistas que la acompañan. Todo esto garantiza su trabajo.

No obstante, no todos los spas funcionan como los de Mansilla. Hay otros que operan sin autorizaciones de por medio y ponen en riesgo la salud y vida de los pacientes, por aplicar cirugías no permitidas. Incluso, los cirujanos plásticos entrevistados por Informe La Razón denuncian que en varios de éstos existe personal sin experiencia y no cuentan con los instrumentos necesarios para el desarrollo de sus actividades.

La página electrónica www.spamatorroijachile.com explica que estos centros combinan medicina preventiva, tratamientos de belleza y deportes con terapias antiestrés como talasoterapia, baños de algas, fango, oxígeno y aromaterapia, hasta la rehidratación facial y corporal y la aplicación de células vivas, y apuntan a la calidad del mejoramiento físico y psíquico.

Hay dos clases de spas: los que son sólo estéticos y de relajación, que cuentan con un médico general capaz de detectar enfermedades y programar dietas, pero que no pueden aplicar tratamientos que penetren la piel de los pacientes; y los que trabajan con cirujanos o dermatólogos capacitados para introducir sustancias al cuerpo humano o hacer procedimientos estéticos que no impliquen intervención quirúrgica, indica Miguel García, responsable de Control de Calidad del Sedes de Santa Cruz.

Agrega que los spas de la capital oriental operan de las dos formas, pero preocupa que en algunos el médico general o el esteticista se dedican a hacer tareas exclusivas de cirujanos o dermatólogos, lo que igual sucede en La Paz y Cochabamba. “Aquí todos hacen lo que les da la gana, ponen botox para reducir las arrugas en la frente y las patas de gallo, o cualquier líquido en senos y glúteos con jeringas”, denuncia la dermatóloga Carola Nostas, del centro médico cruceño Nostas.

Cinda Ovando, presidenta de la Asociación de Cosmetólogas de La Paz, sostiene que “las cosmetólogas sólo pueden realizar tratamientos faciales y corporales; mientras que sólo los médicos y dermatólogos pueden aplicar el botox”.

La propagación del culto a la belleza en Bolivia también se expresa en la proliferación de estos centros. En Santa Cruz, su número subió de 80 a 100 en los últimos dos años, de los cuales 70 están “habilitados” y los 30 restantes están en ese proceso. Además, hay cinco sitios de estética avanzada, facultados para intervenciones no quirúrgicas, y otros cinco que pueden hacer cirugías plásticas con procesos quirúrgicos que no impliquen internación. No obstante, el Sedes de Santa Cruz evitó brindar la nómina con los nombres de estos establecimientos.

El Sedes de Cochabamba cuenta con 20 spas que poseen licencia de funcionamiento actualizada y certificados que avalan la formación de sus profesionales. Pero todavía hay varios inmersos en la informalidad, admite la encargada de Servicios Médicos del Sedes cochabambino, Dolly Rivas, quien remarca que, a pesar de todo, se logró regularizar a un 65% de los establecimientos relacionados con tratamientos estéticos. Sin embargo, esta repartición departamental tampoco quiso proveer la lista oficial de estos centros de estética.

LA PAZ. Por su parte, el Sedes de La Paz tiene diez spas con los papeles en orden: solamente uno cuenta con registro sanitario y resolución administrativa para aplicar procedimientos médicos que penetren, mínimamente, la piel: Club de Belleza; mientras que Slender World, Milcuatro SA y Deux Pemps tramitan su apertura o renovación de autorizaciones para operar en el mercado. Aparte, hay otros cinco centros que implementan únicamente terapias o servicios estéticos y de relajación, entre los que está Elizabeth Mansilla Spa.

Las reparticiones del Ministerio de Salud en estos tres departamentos realizan operativos (generalmente cada seis meses) que confirman la presencia de spas que operan de manera ilegal y que efectúan intervenciones prohibidas para su ramo.

Informe La Razón acompañó al equipo del Sedes de La Paz el 23 de agosto, que ingresó a tres consultorios del centro paceño y verificó que no contaban con licencia de funcionamiento ni certificados sanitarios y que tenían medicamentos vencidos, jeringas con insulina y ampollas que fueron empleadas para extraer sangre, lo que no es correcto, afirma la jefa de la Unidad de Servicio Social, Maricruz Méndez.

En Santa Cruz, García informa que junto con la Fiscalía se clausuró varios ambientes que brindaban servicios estéticos sin el debido permiso. Y en Cochabamba, el Sedes descubrió que en algunos centros se implantaba botox de manera ilegal e, inclusive, aceite industrial u otros materiales que provocan abscesos e infecciones, remarca Rivas. Son muestras de que las irregularidades también cunden en el rubro.

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