viernes, 24 de agosto de 2012

Secretos anti estrés

¿Paralizada por esa persistente montaña de trabajo y una agenda social repleta de compromisos? ¿Estás demasiado ocupada para inhalar y exhalar de manera correcta, comer saludable o incluso dedicarte unos minutos a ti misma?

Muchas mujeres estamos estresadas sin saberlo; sentimos el cuello, la nuca y la cabeza llenos de tensión y hasta dormimos rechinando los dientes. Tu corazón palpita dos veces más rápido y tu nivel de azúcar se elevó a los cielos. Y es que el mundo no se detiene, y la vida moderna nos ha convertido en personas estresadas, una condición que tiene efectos graves sobre nuestra salud y bienestar.

El estrés no solo transforma nuestra actitud y humor, convirtiéndonos en mujeres tensas, malhumoradas y amargadas, pero eleva los niveles de cortisol, acelerando el proceso de envejecimiento, lo que puede llevar a la ganancia de peso, especialmente en el area abdominal. Asimismo, pone tensión en nuestras relaciones y hace que la vida sea aun más difícil. Por ello, encontrar la manera de relajarte en medio del caos es lo mejor que puedes hacer.

Rompe ese estilo de vida poco saludable y tu adicción a vivir a mil por hora.

Cuestión de actitud

Cada vez más y más mujeres están tensas, sobrecargadas y trabajan más. El peor problema: estamos orgullosas de ello. Más de la mitad de las mujeres dicen que están “estresadas” (¿no es una palabra común?) y muy pocas hacen algo al respecto. Y es así como muchas mujeres, como Sonia de 29 años, (que recién se compró un departamento y fue ascendida en el trabajo, por lo que ahora trabaja hasta las ocho de la noche), viven bajo la tiranía del estrés.

Para muchas mujeres el estrés es sinónimo de éxito; las que no lo tienen son unas vagas (piensan muchas). Y es que resulta que la ansiedad alta puede ser un verdadero “high”.

“Algunas personas piensan que deben estar estresadas todo el tiempo para sentirse vivas”, dice Patt Lind-Kyle, autora de Heal Your Mind, Rewire Your Brain: Applying the Exciting New Science of Brain Synchrony for Creativity, Peace, and Presence. Se enganchan a esa sensación que es estimulada por ciertas hormonas como la adrenalina, la dehidroepiandrosterona (DHEA), y especialmente, el cortisol. La tensión puede ser adictiva, y como sucede con muchas adicciones, puede conducir a comportamientos nada saludables como beber en exceso, fumar o atracones de comida chatarra, al igual que la falta de motivación.

Por otro lado, las mujeres nos exigimos demasiado, empujándonos al límite. De hecho, un estudio demostró que las mujeres esperan manejar varios roles a la vez desde muy jovencitas. ¿El resultado? Vivir bajo estrés y sentirse culpables si no realizan tareas simultáneas (multitasking), un típico “estilo de vida” de la mujer actual.

Así, las mujeres se acostumbran al efecto de la adrenalina y eventualmente piensan que el estrés es un incentivo a la productividad, no una fuente de problemas serios de salud.

Sin descanso

Muchas veces el estrés tiene un propósito. El cortisol surge durante un momento crítico de angustia aguda y corta. Hace que reaccionemos al momento.

El problema surge cuando el estrés se convierte en una forma de vida. “Después de que el cortisol se eleva, debe volver a la normalidad, no mantenerse elevado”, dice Pamela W. Smith, autora de What You Must Know About Women’s Hormones. Una vez que el cortisol se mantiene elevado por más de 24 horas, ciertos nutrientes (como las vitaminas B) se agotan y el colesterol, presión arterial y niveles de azúcar en la sangre se elevan al cielo. También se disparan los radicales libres, que eventualmente dañan las neuronas, afectan tu memoria a corto y largo plazo y la habilidad de pensar claramente.

Para salir de la bola de nieve que el estrés construye, debes hacer un esfuerzo consciente para disfrutar y priorizar lo importante en tu vida. Se realista con tu agenda repleta e intenta editar y eliminar actividades no necesarias que consumen tu tiempo. Toma pequeños pasos para mejorar tu lista de quehaceres y controla tu vida, no dejes que las actividades y quehaceres controlen la tuya.

Tu cuerpo ante el estrés

A pesar que nuestro cuerpo se adapta para manejar el estrés a corto plazo, cuando éste se mantiene en alerta roja por un buen periodo de tiempo, puedes volverte vulnerable a serios problemas de salud.

Nervios. Cuando estás estresada los nervios simpáticos del cerebro mandan una señal a las glándulas adrenales para segregar ciertos químicos, como la epinefrina (adrenalina) y el cortisol. Altos niveles de estos químicos por mucho tiempo perjudican la memoria y el aprendizaje, aumentando las probabilidades de caer en la depresión.

Endocrino. Las hormonas del estrés hacen que el hígado produzca más azúcar en la sangre, que te da energía en ese momento de “peligro” percibido. Pero si esto es a largo plazo, incrementa tu riesgo de diabetes tipo 2.

Corazón. En un momento de estrés momentáneo (como cuando estás caminando al altar para casarte) tu corazón late más fuerte y la presión arterial se eleva. Pero el estrés a largo plazo, puede llevar al estrechamiento de las arterias y elevar los niveles de colesterol, aumentando tus posibilidades a sufrir enfermedades coronarias.

Digestivo. Puede llevar a náuseas y gases y estimula los músculos de los intestinos, causando diarrea o estreñimiento. /

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