domingo, 20 de febrero de 2011

Orientación ¿Sudoración axilar excesiva?

La excesiva sudoración localizada suele sucederle a individuos completamente normales. Esta condición afecta social y emocionalmente a las personas que la padecen. El tratamiento con inyecciones de Toxina Botulínica (bótox) ha dado excelentes resultados. En casos más severos se podría requerir cirugía. Recuerde que cada paciente debe ser evaluado individualmente y cualquier duda debe ser consultada con un especialista.

La hiperhidrosis axilar es una condición en la que la persona suda excesivamente. Este problema, que además es muy frecuente, causa incomodidad y limitaciones diarias.

“La hiperhidrosis se debe a una sobre estimulación de las glándulas sudoríparas por el nervio simpático, por lo que no puede ser controlada por la voluntad de la persona que padece este problema. Es de carácter genético en aproximadamente un 50 por ciento de los casos”, explica Rodrigo Castellanos, médico dermatólogo del Centro Medisur en Tarija.

Esta condición es indistinta al género, es decir, que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero sí es más frecuente en personas menores de 40 años.

La hiperhidrosis no sólo afecta a la zona axilar sino que puede afectar también a otras partes del cuerpo como las palmas de las manos, la cara y la planta de los pies. Sin embargo, el tipo más frecuente de hiperhidrosis es la axilar ya que alcanza el 60 por ciento de los casos.

Esta condición, que sin duda alguna ocasiona una alteración en la autoestima, termina a veces por producir inhibición social porque la persona que la padece tiene su cuerpo, manos y ropa mojada casi todo el tiempo.

“La hiperhidrosis aparece por una mezcla de factores diversos, pero en los más importantes figura la ansiedad y el inadecuado funcionamiento de los sistemas que regulan el proceso de sudoración. Se transpira más ante situaciones de estrés o de nerviosismo. Por lo general, no se transpira mientras se duerme”, explica el especialista.

Se debe saber que quienes padecen este problema no presentan necesariamente mal olor al transpirar, sino que únicamente hay un aumento en la cantidad de sudor.

“Cuando la transpiración es visible, es porque ya no es normal. Cuando esto sucede se condiciona el color de ropa a utilizar (negro). Las mujeres prefieren utilizar musculosa para no mojar la ropa”, dice Castellanos.

TRATAMIENTOS

Cada paciente debe ser valorado de forma individual. La clave del tratamiento para la hiperhidrosis radica en el correcto diagnóstico médico, por lo que dependiendo de la causa y tipo de manifestación, el médico aconsejará el tratamiento más adecuado.

Sin embargo, como primer paso, por lo general se recomienda probar el cambio de desodorante (tratamiento local con desodorantes a base de sales de aluminio) y evaluar el resultado, pero en la mayoría de los casos esta condición desaparece con otro tipo de tratamientos.

Hasta ahora el tratamiento más efectivo se ha dado con la aplicación de bótox en la axila. Con la Toxina Botulínica (bótox) se obtienen excelentes resultados en casos que no son tan severos.

“Los resultados con este tratamiento suelen ser satisfactorios en más de un 90 por ciento de los pacientes. Consiste en la aplicación intradérmica de 50 UI de toxina en cada axila, logrando así un bloqueo temporal de los nervios que estimulan las glándulas sudoríparas, inhibiendo la liberación del sudor. Lamentablemente, su uso está limitado por el costo de la toxina”, asegura.

Los efectos del tratamiento comienzan a notarse entre dos y cuatro días después de la inyección y la patología desaparece por completo en una semana, pero la sudoración vuelve a ser abundante a los cuatro meses aproximadamente. Por lo tanto, después de ese periodo se vuelve a inyectar otra dosis.

“Esta terapia se presenta como una alternativa a la cirugía, aunque el tratamiento debe repetirse unas tres veces al año. Está contraindicado en mujeres embarazadas o en período de lactancia. Asimismo, existen otras contraindicaciones más específicas que manejan los especialistas, dice Castellanos. Otros tratamientos utilizados son a base de fármacos anticolinérgicos y/o sedantes (antidepresivos). Las dosis requeridas para disminuir la transpiración están acompañadas de efectos colaterales no deseados, por lo tanto no son muy utilizadas.

Por otro lado, en casos extremos y severos se toma como una alternativa algunos tipos de cirugía para estos casos específicamente, pero que obviamente deben ser realizadas por cirujanos expertos.

Una es la simpaticotomía torácica endoscópica, que es una de las más complejas y que debe ser realizada por un cirujano de tórax. La otra es el curetaje axilar que se realiza con anestesia local y a través de una pequeña incisión en la axila y con una cánula se secciona las ramas del nervio simpático. Para esta cirugía también se requiere de un médico torácico, ya que debe saber muy bien qué nervio cortar.

“Otra opción es la liposucción axilar que debe ser realizada por un cirujano plástico. Este tratamiento es similar a una liposucción en la cual, sin dejar cicatrices y ninguna secuela, se retiran las glándulas sudoríparas de la axila”, explica Castellanos.

En resumen, el paciente con hiperhidrosis axilar cuenta con varias opciones para paliar este problema. Si padece esta condición, consulte con un especialista, ya sea dermatólogo o cirujano

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